En la novela se cuentan dos historias que discurren en simultáneo. Una evidente, el relato de una familia que veranea en un pueblo costero del Atlántico llamado Los Tamarindos, sin saber que en realidad es una Colonia Penitenciaria. El personaje Ramiro Biasi narra ese verano tan particular y va repasando su vida llena de incógnitas, aunque amena, banal, ligera; mientras que otra historia se “cuela” narrada por Rodia, más compleja, sórdida, intrigante. Los dos narradores con “voces” antagónicas cuentan sus historias. La del presidio y sus internos, que adolecen de algunas cosas elementales a modo de castigo. No pueden ver el mar, solo pueden salir los días de lluvia y deben ser lectores consumados como condición excluyente. La literatura es lo único permitido, pueden leer a su arbitrio y la biblioteca ser infinita. Mientras que Ramiro nos cuenta treinta años de su vida y los puntos de contacto con La Colonia en ese verano aciago e imborrable. Ambos personajes escriben Diarios, de tal modo que también hay cuentos “incrustados” que refuerzan y/o “pausan” lo narrado por Ramiro y por Rodia. La novela adquiere así una particular estructura. Los temas, enigmas y misterios solapados se despliegan sobre el final y así como concluye la narración de Ramiro Biasi, también llega a su fin la de Rodia y los habitantes de la Colonia Penitenciaria. El inicio y el final se solazan y adquieren significado. En el medio, el relato se desgrana como una novela de aventuras susceptible de ser ilustrada. Si bien “El descubrimiento del mar” tiene preocupaciones teólogo/filosóficas donde el viaje, el regreso y el amor son recurrentes como temáticas ontológicas, no excluye, por su carácter episódico y de aventuras, que asimismo pueda ser leído por lectores jóvenes/adolescentes.
El descubrimiento del mar (Álvarez Picasso)
Libro: El descubrimiento del mar
Autor: Hugo Álvarez Picasso
Género: Narrativa
Editorial: Malisia
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