Un libro que expresa la sospecha de que cada cosa que hacemos, miramos, pensamos o sentimos se refleja violenta o sigilosa en alguna otra esquina del ser. Esa conexión es la que está presente en este volumen compuesto de fotografías y de textos: escrituras que remiten a fotografías y fotografías que inspiran las palabras. La uniformidad está ausente: las imágenes provienen de diversas épocas y lugares, y abarcan miradas y vivencias distintas; los escritos son aún más heterogéneos: relatos, notas sobre la fotografía en sí, reflexiones, ficciones, algunas de tipo fantástico y otras que suponen una vida interior. Su trasfondo es una implicación sutil, una resonancia que conecta planos diferentes de la existencia: la imagen fotográfica no es sólo un entramado de colores, de luces y de sombras en un rectángulo, sino que es un portal abierto, el estampido silencioso que libera los sueños, el duende que dispara la imaginación y dibuja sus pasos en el texto que lo acompaña. Trae consigo la vaga sensación de que formamos parte de las historias que ideamos, o de que son ellas las que nos escriben. Somos, así, un trozo de aquello que fotografiamos o escribimos.
 
El libro incluye cuarenta y cinco fotografías y treinta y seis textos de diversa índole, microrrelatos, notas, ficciones.
El autor de todo ello es Julio Virgolini, abogado, ex Juez, profesor universitario, fotógrafo y escritor.
El diseño pertenece a Guillermo Mendizabal.